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#dubaitrip (Parte II)


¡Vayamos al turrón! ¿Qué hicimos esos 7 días de viaje? Pues os lo voy a explicar, allá voy.

DAY 1

El vuelo de Barcelona - Estambul salió con retraso así que nos tocó esperar un rato en la Terminal mientras comíamos un bocadillo de estos que dices: 'saboréalo que te estás dejando medio sueldo' (La pela es la pela tu). A eso de las 14:30h despegamos con Pegasus Airlines. El avión era como los de Ryanair, así muy íntimo y recogidito. Llegamos por la tarde al Aeropuerto Sabiha Gökçen cuya abreviación es SAW. Sí, SAW. Llegamos a pensar que en cualquier momento salía por el pasillo el muñeco con su triciclo invitándonos a jugar a un juego. Pero no sucedió. Allí teníamos que esperar 3 horas. Hicimos tiempo cenando en un Burger King (muy típico de Turquía. Al parecer es un negocio local que vende una especie de panes redondos rellenos de carnes previamente cocinadas). Quisimos conectarnos a un red Wi-Fi pero se hizo imposible ya que estaban todas muy protegidas como si de un tesoro se tratara. No vaya a ser que le chupes un Megabyte más de la cuenta. Son muy suyos para eso. A las 21h (hora local Turca) despegamos hacia Dubai con 4 horitas de vuelo por delante. Este avión en cambio ya tenía pantallas de esas abatibles, de las que te sientes que vas en Business pero sin ir en esa clase. Pensábamos que nos iban a poner alguna película de culto pero no fue así. Solo salía el avioncito por el mapa avanzando poco a poco por los diferentes países hasta llegar a los Emiratos.

Cuando aterrizamos y salimos de la puerta del avión, nos pegó una 'bofetada' de calor en toda la cara y pensamos: 'Nah, esto debe ser de los motores del avión'. (MENTIRA). Una vez en el aeropuerto de Dubai, pasamos los controles rutinarios y por fin salimos fuera y pudimos comprobar el calor sofocante que hacía en esa ciudad a las 2 y media de la madrugada. Nos dirigimos a un taxi, que por cierto, ya hubo un espabilado que estaba ahí esperando al acecho de turistas inocentes, para que te montaras en uno de sus taxis negros privados (más dinero por el mismo trayecto)... Pues con un amable 'hasta luego Maricarmen', rechazamos su maravillosa oferta y nos montamos en un taxi local para dirigirnos a nuestro hotel.

En el Hues Boutique Hotel nos estaba esperando una persona de servicio, el típico botones que te lleva la maleta pero sin traje de botones (Muy transgresor el muchacho). Nos abrió la puerta del taxi, se llevó nuestras maletas y las colocó al lado del ascensor. En ese momento no supimos cual era su intención con nuestro equipaje, así que decidimos cogerlo (como turistas inocentes que somos) y fuimos a recepción para hacer el Check-In. El señor botones sin-botones nos acompañó hasta la habitación y nos hizo un room-tour muy apañado. Al acabar, nos pusimos el pijama y apagamos el aire acondicionado que estaba a 1 grado menos para que hubiera escarcha por las paredes. Nos pareció algo excesivo.

DAY 2

Al día siguiente, martes 7 de junio (MI CUMPLEAÑOS), nos levantamos a las 9:15h para ir a desayunar. Era un bufete de estos continentales que te puedes comer una tostada con mantequilla como unas alubias con tomate y salchichas. Al acabar nos dirigimos a recepción para cambiar algo de euros por dirhams. La señora recepcionista, muy de la Polinesia Francesa que parecía ella, nos invitó a realizar el cambio en el supermercado de al lado que abría 24 horas. Así que entramos en el Super, una especie de DÍA de allí de Deira, y al final del todo había el mostrador del money money.

Salimos fuera en busca de algún autobús que nos llevara a la parada de Metro más cercana (allí las distancias son muy largas y lo que parece que está cerca... está a tomar por saco). No encontramos ninguno que nos llevara a Palm Deira Metro Station así que decidimos coger taxi. Una vez dentro de la estación de Metro, que también tenían el aire acondicionado así fresquete, compramos el billete diario (20 dirhams = 5€) para movernos por la ciudad durante 24 horas. Los andenes de las vías están también cerrados para que no se escape el aire acondicionado. Allí todo gira en torno a lo que da algo de frescura.

Nos dirigimos a una de las zonas más pijas de la ciudad: Dubai Marina. Son una serie de rascacielos con apartamentos y hoteles situados en frente del mar, alrededor de unos canales de agua donde los habitantes en vez de aparcar el Seat Panda, atracan su barquito o yate. Lo normal vamos.


Allí estuvimos sacándonos alguna que otra foto (no daba para mucho más) y pillamos un taxi de nuevo para Palm Jumeirah o dicho de otra manera: Isla artificial en forma de palmera. Para poder visitarla es necesario montarte en un monorraíl (Sí, como el de Shelbyville. Si veis 'Los Simpsons' sabréis a cual me refiero). El billete de ida y vuelta cuesta como 25 dirhams (Casi 6 eurillos). ¿Lo mejor del viajecito por la isla? Las vistas. Es increíble como de la nada han llegado a construir todo eso. Al final del recorrido estaba el Hotel Atlantis (Replica exacta del Atlantis de las Bahamas). En Dubai también son mucho de copiar y hacerlo más grande, más alto y más lujoso. Allí entramos en uno de los hall del complejo donde habían tiendas, cafeterías, varios restaurantes como el de Gordon Ramsay...


Pero hubo algo que nos llamó la atención. Todos los restaurantes estaban tapados con túnicas negras. No se veía imagen alguna de comida. Comprendimos en ese momento que era por el Ramadán. Así pues buscamos algún sitio dónde comer porque por allí no había nada más que eso. Entramos en un Starbucks y el dependiente nos dijo que no se podía comer en el local, que debíamos comerlo fuera: takeaway. Pero fuera también está prohibido. Nos dijo que en Dubai son mucho mas permisivos con los turistas, que si te ven por la calle comiendo o bebiendo te invitan a que dejes de hacer lo que estas haciendo y ya. Pero en Qatar, te llevan a la cárcel directamente. Nos tranquilizó mucha esa información vaya. Pues el resultado de todo esto fue bastante gracioso y surrealista. ¿Qué pasaba si no podíamos comer dentro ni fuera del local? Que nos teníamos que esconder. Por el recinto era imposible ya que estaba plagado de gente así que nos tuvimos que meter en el lavabo de la estación del monorraíl y allí disfrutamos del maravilloso sandwich vegetal de Starbucks. Situación graciosa donde las haya. Los baños (en general) de todo Dubai, están más limpios que algunas mesas de restaurantes españoles, así que tampoco estaba nada mal. Eso sí, nos sentimos como fugitivos escondiéndonos de nuestros enemigos.

Por la tarde nos fuimos al Mall Of Emirates, el segundo centro comercial más grande del mundo. Al margen de tener infinidad de tiendas de todas las firmas de ropa, el recinto tenía una pista de esquí.


Que me vas a decir tu a mi, ¿qué hace una pista de esquí en medio del desierto? Ya es pasarse de ostentoso. De hecho se puede medir lo fanfarrón que eres con una escala del 1 a pista de Esquí en medio del desierto, ¿Cuánto de ostentoso eres?. Allí quisimos merendar algo pero no hubo manera, hasta las siete y media u ocho de la tarde no habrían las cafeterías... Así que con lo cansados que estábamos, nos fuimos hacia el Hotel. Pasamos por el super a por comida y la cenamos en la habitación ya tranquilos. Estábamos K.O.

THE BEST

Las espectaculares vistas desde el monorraíl de Palm Jumeirah (Son dignas de admirar).

THE WORST

Tener que esperar hasta las siete y media de la tarde para poder comer tranquilamente por la calle sin sentirte un fugitivo de la ley.


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