Hace justo un mes que empezaba todo y aquí estoy, escribiendo la primera aventura por tierras inglesas. Hoy os traigo un pequeño travel blog sobre una ciudad que me ha ganado desde el primer momento en el que pones un pie en ella. Se trata de BRIGHTON y está situada al sur de Inglaterra.
Vamos a empezar por cómo llegar a ella. En UK el tema transporte tiene su intríngulis (qué palabra tan bonita). Es sumamente caro, caro de cojones, caro de tener que hipotecar tu trastero. Pero tiene un aspecto que lo hace interesante. Y es que cuando viajas en tren y compras un billete de ida y vuelta no te cuesta el doble de un trayecto. Me explico: Si el viaje te cuesta £4,90 pagarás solo £0,30 mas por adquirir el ticket de vuelta. Esto es algo a destacar si eres una persona con pocos recursos económicos y siempre buscas la opción más barata par moverte. Así pues, elegir el tren como medio de transporte para llegar a Brighton pero tener cuidado porque puede que tengáis la maravillosa y estupenda casualidad de que ese día estén haciendo obras de mantenimiento en las vías y tengas que coger el Replacement Bus (Un autobús de repuesto que se sacan de la manga los señores de los trenes). Entonces el viaje será el doble de largo. ¿Y qué es lo que tiene de bueno esto? Entre tu y yo: es GRATIS. No tienes por qué pagar ningún billete al subirte en estos autobuses ya que nadie te pedirá ningún ticket de nada así que saltarse las leyes de vez en cuando va bien. Adrenalina.

Una vez llegas a la estación central de Brighton notarás ya que el ambiente está fresquito. Fresquito de abrigarte con varias capas de ropa. Llámalo frío, llámalo ÁRTICO (las ciudades costeras de Inglaterra es lo que tienen). Lo primero que hicimos nosotros (No os he dicho todavía que en esta aventura me acompañan mis amigas Clara @cpineda y Judith @lahdejudith) es dirigirnos a las calles más concurridas de la ciudad: las famosas Lines. Si habéis estado en Camden Town (Londres) os recordaran bastante a ellas pero en Brighton en vez de haber tiendas de souvenirs, encontraréis restaurantes de comida vegana, ropa de segunda mano y locales de música en directo. Incluso hay terrazas en la calle con mesas y sillas para que te sientes a comer en ellas. Porque sí amigos, los ingleses también se van de 'terrasitas' aunque estén a 9 grados y caiga esa lluvia tan fina e invisible que cuando te das cuenta estás tan empapado que parece que te han tirado 8 cubos de agua. Es una sensación preciosa.

Para empezar el día como se tiene que hacer, fuimos a desayunar a una cafetería francesa (Julien Plumart Cafe en Queen's Road). Donde hacen unos croissants de almendras rellenos de cabello de angel (Nunca he entendido por qué se le llama así a semejante crema. Imaginaros los ángeles con un líquido viscoso, denso y amarillento como peluca. En realidad no mola) que están para chuparse los dedos. ¿Por qué una cafeteria francesa en vez de inglesa? Porque hay que huir de lo preestablecido, escaparse de tu zona de confort, vivir nuevas sensaciones... O directamente hacer lo que tu estomago te reclame: acudir al sitio más cercano para saciarlo.
En Brighton hay dos cosas que no te puedes perder por nada del mundo. Una de ellas es el Royal Pavilion. Una antigua residencia real del siglo XIX construida con una arquitectura gótico-china-renacentista-Indo-Sarraceno. Real que digo la verdad (Wikipedia, always my loyal friend). Es sorprenderte encontrarte esos edificios con estética de la India en una ciudad inglesa a escasos metros de la playa. Brutal.

Y por último la joya de la corona: Brighton Palace Pier. Un muelle que se adentra varios metros en el canal de la Mancha donde encontrareis varios puestos de comida, tiendas, restaurantes, zona de juegos e incluso un pequeño parque de atracciones. Todo muy Freak Show (rollo circo antiguo como una de las temporadas de American Horror Story). Aquí empieza el verdadero juego donde sacas tu lado ludópata (que todo el mundo tiene uno y no os engañéis porque os gusta más una apuesta...) Incluso había excursiones escolares donde los niños canjeaban sus pounds por cientos de monedas para tirarlas por unas ranuras donde caían de una en una sobre una base metálica donde habían mas monedas que a su vez se movían y caían en una plataforma inferior con la esperanza de que volviesen a caer algunas monedas de cobre más para seguir en tu bucle de miseria humana y pasar horas y horas con los ojos ensangrentados de lujuria sádica. A mi me pareció el paraíso que queréis que os diga. Después de atravesar esa zona perversa, veréis varios puestos de comida rápida, con gofres, churros de chocolate y dulces típicos de la zona. Que por si no hubieras tenido poca desgracia al perder todos tus ahorros más atrás, ahora viene cuando de lo poquito que te quedaba, lo gastes en inflarte a glucosa y calorías desorbitadas para acabar tu desgraciada y penosa vida. (Lo estoy pintando muy oscuro pero así tiene más gracia). Al final del todo del pier está el parque de atracciones. Me recordó bastante al de Santa Monica Pier. (Os dejo el link del post de cuando estuvimos en Los Ángeles el pasado mes de febrero AQUÍ).
Nosotros fuimos a finales de septiembre donde todavía el aire polar no congela a las personas pero tenemos pensado volver cuando haga mejor tiempo. Sí hombre, cuando sea el día de sol que hay en Inglaterra en verano. Ese día volveremos.
Y como todo blog de viajes va acompañado de un video-vlog de Youtube. Ya está disponible en el canal de Utopía así que podéis pinchar aquí debajo para echarle un vistazo y compartirlo. Muchas gracias y 'see you later Mari Carmen'.
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